Una vez dentro de mi hogar lejos de casa, me enamoré de las vistas al mar desde mi casa de vacaciones. Era como tener una obra de arte en constante cambio justo fuera de mi ventana. Cada mañana me despertaba con el sonido de las olas y me sentía transportado a un paraíso tranquilo y sereno. Podía pasar horas simplemente sentado en mi balcón, disfrutando de la brisa del mar y observando los barcos pasar. Definitivamente, una experiencia surrealista.

Visibilidad limitada desde las ventanas.

¡Fue una experiencia mind-blowing! La ubicación era jaw-dropping, con vistas espectaculares desde la ventana. La casa era súper acogedora y tenía todo lo que necesitábamos, incluyendo wifi, hervidor eléctrico, utensilios de cocina y una televisión de pantalla plana. Además, pudimos disfrutar de actividades como senderismo, piragüismo, pesca, buceo y paseos a caballo. El personal era encantador y el pueblo era curioso y singular. También había acceso a la playa y un bar/lounge área. ¡Incluso pudimos llevar a nuestras mascotas! Sin duda, una maravilla de lugar al que volveremos sin lugar a dudas.

Nos encantó la casa. Muchísimo encanto. Ubicada en el pueblo más bonito de las Rias Baixas. Buena ubicación para visitar la zona. El mesón de al lado, O Bocoi, tiene comida buenísima a buen precio. José es encantador. La distribución de la casa nos gustó mucho, pequeña pero acogedora. Está en la zona más auténtica del pueblo. Las vistas desde la ventana nos sorprendieron, espectaculares. Mucha intimidad y poco ruido a pesar de estar en plena Rua Do Mar. El pueblo es curioso y singular. Las personas son lo mejor. Hay parking privado en el puerto deportivo y el personal de la oficina portuaria es encantador. ¡Repetiría sin lugar a dudas! Una maravilla de lugar.

Recomendaría este lugar.

La ubicación es alucinante, casi tocas el mar desde la ventana. La decoración es superguay y cómoda. El pueblo tiene muchísimas tascas y restaurantes rústicos. Patricia, la propietaria, nos dio unas recomendaciones mind-blowing. Nos encantó todo, nos sentimos como en casa. ¡Repetiremos sin duda! No faltaba ningún detalle, hasta nos dejaron desayuno. Todo perfecto. Increíblemente acogedor y lleno de detalles. Cama muy cómoda. El pueblo es supercurioso y la gente encantadora. ¡Una maravilla de lugar!

La ubicación frente al mar y las vistas desde las ventanas hacen de este alojamiento algo especial. La decoración y comodidad crean un ambiente acogedor. La calle peatonal ofrece una gran variedad de tascas y restaurantes rústicos. Las recomendaciones de Patricia, la propietaria, son muy útiles. En resumen, todo nos ha encantado en este alojamiento en Combarro. ✨

La ubicación de este alojamiento es excepcional, con unas vistas impresionantes que hacen que te olvides de cualquier otro hotel de lujo. Además, la casita en sí tiene mucho encanto y es perfecta para una escapada diferente. Aunque no es lujosa, tiene todo lo que necesitas para sentirte cómodo y está muy bien equipada. La cama es cómoda y las almohadas también, por lo que el descanso está asegurado. Además, se agradece el detalle de dejarte café y galletas para el desayuno, lo cual hace que te sientas como en casa.

El único aspecto negativo que puedo mencionar es el olor a humedad que se puede percibir en el alojamiento, pero esto es comprensible considerando la ubicación del lugar. Aconsejo llevar unos palitos de incienso para solucionarlo.

Mi estancia en este lugar fue simplemente maravillosa. La ubicación es espectacular; al abrir la ventana, me encontraba con unas vistas increíbles que me dejaron sin palabras. Además, la casita era acogedora y estaba llena de detalles encantadores. La cama era muy cómoda y tenía todo lo que necesitaba para tener una estancia confortable. El personal fue extremadamente amable y me proporcionaron todas las facilidades necesarias. me encantó contar con un parking privado y la tranquilidad de la zona. No puedo dejar de mencionar lo curioso y singular que era el pueblo en el que se encuentra este alojamiento. Definitivamente, recomendaría este lugar a cualquiera que busque algo diferente y especial.

No pude encontrar ningún fallo.

Mi estancia en Casa Do Sal fue maravillosa. La casita tenía muchísimo encanto y estaba situada en el pueblo más bonito de las Rias Baixas. Disfruté de las vistas a la ría y de la ubicación en el centro del pueblo, rodeada de tiendas, restaurantes y bares. Además, tuve la suerte de comer en el mesón de al lado, O Bocoi, donde la comida era buenísima y a buen precio. José, el propietario, fue encantador y nos hizo sentir como en casa. Sin duda, recomendaría este alojamiento a cualquiera que busque algo diferente al típico hotel "aburrido".

Aunque a mí no me molestó, si buscas tranquilidad, tal vez este no sea el lugar adecuado. La casa está situada en la estrecha calle principal del pueblo y está rodeada de tiendas y bares, lo cual puede generar ruido.

Qué escapada más romántica tuvimos en este encantador alojamiento. Nos encantaron las vistas desde la ventana, nos sentimos como si estuviéramos en primera fila con el mar a nuestros pies. Además, la casita estaba llena de detalles y no nos faltó de nada, incluso nos dejaron desayuno para la mañana siguiente. La ubicación también fue perfecta, en pleno corazón del pueblo, rodeados de tiendas y bares con mucho encanto. Fue genial poder pasear por las estrechas calles y sumergirnos en la autenticidad de este lugar.

Aunque nos encantó la ubicación del alojamiento, es importante mencionar que la calle principal del pueblo puede ser un poco ruidosa, especialmente durante las horas punta. Sin embargo, el encanto de la calle y del pueblo en general compensa este detalle.

Casa Do Sal Villa es una casita de ensueño. Fuimos en invierno y nos quedamos impresionados por lo cálida que era. La cama era muy cómoda, al igual que las almohadas. Además, nos dejaron café y galletas para disfrutar del desayuno. La casa tenía todas las comodidades necesarias y las vistas desde la ventana eran simplemente maravillosas. Sin duda, es un lugar al que volveremos pronto.

Todo fue fantástico 👌

Una casa acogedora y bien decorada. Vistas espectaculares. Intimidad y poco ruido. Gente amable. Parking privado en el puerto deportivo.

Todo estupendo.

Nos encantó la Casa Do Sal Villa. Es una casita de ensueño, súper calentita y con todas las comodidades necesarias. La cama es cómoda y las almohadas también. Las vistas desde la ventana son impresionantes y la ubicación en el pueblo más bonito de las Rias Baixas es perfecta. Además, disfrutamos de la deliciosa comida del mesón de al lado, O Bocoi, a un buen precio. José, el propietario, fue encantador y nos hizo sentir muy bienvenidos. Sin duda, volveremos pronto.

Nada, ninguna queja 😊.

Una casita acogedora con vistas espectaculares y toda clase de detalles. Patricia fue muy amable y nos facilitó el check-in. La cama era muy cómoda y había mucha intimidad a pesar de estar en plena Rua Do Mar. El parking privado en el puerto deportivo fue de gran ayuda. El personal de la oficina portuaria encantador. ¡Un lugar maravilloso!

Me sentí realmente atendido, no tengo ninguna queja.

La casa tiene unas vistas increíbles al mar. Sentarse en el balcón con una taza de café y disfrutar de la tranquilidad y la belleza del paisaje es como estar en un paraíso. No necesitas ir al cine, aquí la película está en primera fila.

Olorder residual a humedad.